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Mi otra mirada...del 31

01 enero, 2008


4km. De distancia separan mi casa de donde recibiría junto a algunos de mis familiares el nuevo año.

Me subí al auto, busque una radio con música relativamente tranqui y emprendí hacia mi destino. Me podría haber ido por alguna vía rápida, pero decidí hacerlo cruzando el centro. Quería observar la mayor cantidad de sucesos que me podrían llamar la atención a una hora de las 00:00 del 2008. Cual era el comportamiento de la gente. Como la estaba pasando, donde recibiría el nuevo año.

Muy cerca de mi casa esta el parque y observe que algunas familias, parejas y hasta gente sola esperaba el minuto cero. Improvisaban mesas y algunos hasta onda picnic.

Seguí adelante muy lentamente en el auto y paso por el centro de convenciones, Legislatura y llegue al Centro Cívico. Allí estaba una pareja de recién casados sacándose fotos, cosa que nunca entenderé el hecho de fotografiarse justo en lugares gubernamentales, por mas lindo que sea el lugar (de los recien casados digo). Policías custodiando el edificio donde seguramente tendrán su viandas caseras hechas con todo el amor por sus esposas, novias, hijas y luego, ahí parados poder compartirlo con su compañero.

Ya deje ese lugar, y continuando el andar paso por un edificio en construcción, donde en la puerta estaba el que seria el “guardia”. Allí estaba sentado sobre un cajón de madera de esos que comúnmente vemos en las verdulerías. Del mismo material estaba hecha su mesa. Pude observar que en ella, había una botella de gaseosa, un pedazo de pan y una especie de “taperware” donde estaba su cena.

A las pocas cuadras, me detengo esperando mi turno del semáforo. Dirijo mi mirada hacia uno de mis laterales y observo un hombre  de aproximadamente unos 70 años. Estaba sentado al lado de una fuente en una plaza. El con pelo largo y barbudo, ambos color ceniza. Vestido con lo que me pareció lo hace todos los días. Sigo de largo y a los pocos metros me detengo. Decidí ir a saludarlo. En esos pasos antes de llegar a el, levanto su mirada y me miro con una cierta desconfianza, y debo reconocer que un poco mi mirada decía lo mismo. Así y todo llego a donde el, y sin titubear lo salude con un “Buenas noches, como le va. Me llamo Guillermo, usted?” y le estire la mano. Me respondió con un simple Rodolfo, pero no estiro su mano. Su mirada volvió a tener como punto fijo el suelo, por lo que decidí sentarme frente a el. Quería intentar un simple dialogo, entonces:

Yo: Rodolfo, esta solo acá?

No me respondió, pero miro a su izquierda y derecha, me miro y nuevamente su mirada al piso.

Yo: Mire Rodolfo, solo quería compartir unos minutos con usted, no haré ningún daño.

No me dirigía la palabra.

Yo: Bueno, no es mi intención molestarlo. Lo dejo tranquilo.

Me levanto para irme, y me agarra la mano fuertemente. Fue muy fuerte lo que sentí. Percibí miedo, angustia, desilusión. Me tiro hacia atrás y me hizo sentar nuevamente. Levanto su mirada y me dijo con una voz ronca y quebrada

R: Quedate un rato.

Ahí me quede tieso. Miro la hora en el celular y eran ya las 23:30hs

Tuve una idea y le dije a Rodolfo que ya regresaría. Fui hasta el auto, En un plato que tenia de la noche anterior de un asado con amigos, serví unas cuantas presas de pollo al vino blanco, ensalada, tome una gaseosa y un vaso de plástico que encontré.

Volví a la fuente donde se encontraba y le dije:

Yo: Mire Rodolfo. Cenemos juntos. Esto es para los dos.

Allí, sentados frente a frente, con el ruido del agua de la fuente. Sin decirnos una palabra. Solo mirándonos, brindamos.

Ya muy cerca de las 00:00hs, me pare para despedirme.

Yo: Rodolfo, me tengo que ir. Me están esperando. Aunque prácticamente no hablamos, fue un gran gusto conocerlo. Le estire la mano, pero no me respondió. A los pocos segundos, dejo de comer, se paro y me dio un fuerte abrazo y al oído y susurrando me dice: Gringo, hace 10 años que nadie se sentaba conmigo a simplemente compartir mi silencio.

Me soltó y nuevamente se sentó.

Me quede duro, inmóvil.  Por mi cuerpo recorrió un escalofrío, que creo difícilmente olvidar.

Di media vuelta la mejor estilo soldado y emprendí hacia donde me esperaba mi flia y eso es otra historia…

Vi y viví otra cara de la ciudad en una noche festiva y no quise darle la espalda. Necesitaba hacer algo de esto. Necesitaba terminar y empezar el año de otra manera. Como había dicho en post anteriores las cosas no me salieron muy bien los últimos días, pero sobre tiempo de descuento se me cumplió y de la manera que menos lo pensé. Y lo mejor de toda esta historia, es que aporte un simple segundo de bienestar y de una situación distinta a una persona que lo necesita y totalmente desconocida…Yo también lo necesitaba.

4 se animaron a decirme algo:

Anónimo dijo...

Realmente conmovedor. No puedo imaginar el sentimiento que debés haber tenido al escuchar sus palabras, "compartir mi silencio". Se me hace inevitable leerlo una y otra vez.

Un abrazo! Que estés bien!

Anónimo dijo...

Precioso relato Guille!!!
Me encanto. Yo Pienso igual los 31 deben ser siempre distintos...
Muy noble tu acto, simple y calido.
Saludos
JUAN.

Anónimo dijo...

Epa!... en un punto lograste algo que sentias, te hizo vibrar de una manera diferente... es cierto que este hombre no olvidara este momento, para el fue unico.. para vos... capaz que el primero... animate... la vida esta llena de esos momentos.. solo que no todos tenemos el coraje suficiente para animarnos a vivir situaciones asi... si te tomas un segundo en mirar a tu derecha es una realidad de todos los dias... Te felicito por el coraje no lo pierdas nunca.. y tampoco la esperanza claro... Un fuerte Abrazo!
Miguel

Anónimo dijo...

Guille,a simple vista y para quienes te conocemos tenes una mezcla de persona sensible y dura tambien, pero la verdad esta actitud no solo te conmovio a vos sino a mi.
Te felicito y te admiro, porque la verdad no cualquiera tiene un gesto con tanta nobleza y menos aun en esas fechas.-
Nunca pierdas la motivacion de hacer algo de esto en cualquier momento del año.Con ese simple gesto llenaste de felicidad a Rodolfo.
Un beso grande, te quiero mucho.-